sábado, 13 de julio de 2019

1ra. Etapa : La casa colonial

                                     La casa colonial

La ciudad consistía en una sucesión de patios, huecos y plazas entre paredes de barro y adobe.
La casa colonial se organizaaba alrededor de patios. Al primero se accedía a través de un zaguán, con una importante puerta de gran altura. Entorno a este se abrían las ahabitaciones principales.
La sala ocupaba un lugar privilegiado pero por lo general estos interiores eran sencillos, con revoque de barro y bosta, un simple encalado. Los pisos eran de tierra regada y apisonada o de ladrillos planos, se cubrían con mantas o alfombras europeas y los cielorrasos con una tela tensada.
A continuación se encontraban las áreas de servicio, con cocina y las habitaciones de los sirvientes.
 A finales del siglo XVIII se utilizaron los aljibes con una gran cisterna que almacenaba el agua de lluvia recogida de los techos. El primero data de 1782. Hacia 1880 al extenderse la red de agua, fueron prohibidos.


Antigua Tasca de Cuchilleros.

Constucción cerca de  1730.










Entre los patios se hallaba el comedor, de gran importancia para la vida familiar. En los fondos, la huerta, el gallinero y las caballerizas.
A medida que crecía el valor de la tierra en los lugares céntricos desde el año 1785 se ven casas de rentas organizadas para aprovechar al máximo el terreno quedando con un mínimo patio en los fondos. Los espacios del frente eran destinados al comercio. Después seguían los dormitorios, la dependencia de la cocina y al fondo, el retrete. Los ambientes estaban vinculados con un angosto pasillo.

El conventillo

El primer conventillo se construyó en 1785, "Los Altos de Escalada". Fue una residencia convertida luego en casa de rentas; requerían una mínima inversión para recaudar. La intimidad queda reducida a los cuartos uno por familia. A este se lo dividía con un biombo o cortina. El zaguán regulaba la entrada con una doble puerta, la primera daba a la calle y la segunda al patio central. El patio se usaba para reunión general. Debían compartir el piletón para lavar la ropa y los baños.

Las calles

La ciudad tenía veintidós cuadras. En los tiempos del Virrey Loreto (1785- 1789) se empezó a considerar la posibilidad de empedrarlas, pero los edificios corrían el rieso de desplomarse. Con los virreyes Arredondo y Pedro de Melo entre 1795 y 1798 se empedraron varias calles céntricas.El resto de las calles debieron esperar más de veinte años hasta los tiempos de Rivadavia quien como ministro del gobernador Martín Rodríguez en 1820 aademás de empedrar, prohibió continuar con la desordenada construcción sobre las aceras. 


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